Editorial: He comprobado siguiendo las inversiones y gastos del Ayuntamiento de Manacor de los últimos años, que la liberación de fondos por el equilibrio financiero de la Ley Montoro/Montero hace que dispongamos de mayores partidas económicas y de remanentes. Había 40 millones de euros en caja ahorrados y nos permiten gastar el 25% casi de golpe, por eso inversiones multimillonarias para proyectos cronificados y relegados desde hace decenas de años. Esa disponibilidad hace posible que podamos tener agua potable de manera paulatina, se ha puesto césped en los campos de fútbol, arreglado la carretera de Son Macià, embellecimiento de varias calles y plazas, la conducción de aguas de lluvia en Porto Cristo, compra de vehículos para las delegaciones de la corporación, contratación de personas desde el SOIB. Eso está muy bien, lo necesitamos. 

Y tantos proyectos e inversiones en movilidad, equipamientos, infraestructuras, que ya he desgranado en informaciones de presupuestos de los últimos dos años. Quiero llamar la atención hoy aquí de los sin techo de Manacor. El Albergue comarcal anuncia una lista de espera de 13 personas y alerta que solo podrán ocupar plaza por bajas de los actuales, quienes siguen mes a mes en los servicios que se les otorga, gracias al Consell Insular de Mallorca, Patronos, Fundación Trobada. Para que la información no sea muy triste no contaré aquí las cientos de familias que socorren Cruz Roja, Cáritas, y otras ONGs y voluntarios que existen. Debemos dar respuesta a los problemas que genera la sociedad del bienestar. Si pagamos impuestos y podemos gastar 10 millones de euros de golpe y ayudamos a los bares y restaurantes, también debemos pensar en los sin techo. Eso está muy bien, lo necesitamos. 

Hace meses los vecinos de un solar en el Paseo del Ferrocarril donde había unas cocheras que habían sido locales de guardia y custodia de animales convencieron a una sin techo que fuese a los servicios sociales porque allí era inadecuado. Le llevaban durante semanas comida, ropa, productos de limpieza. Con el tiempo se fue a Palma y dejó su triste e inadecuada morada. En el edificio donde está la notaria al lado del Hiper Centro de la calle Amargura, arriba del todo en el descansillo del ático se instaló un sin techo, el cual desmontaba todo durante el día y luego pedía para comer en la entrada de la gran superficie de alimentación. Los vecinos, los trabajadores de las oficinas y la notaria vieron con claridad que olía mal arriba y hablaron con las autoridades correspondientes y se vieron obligados a tomar medidas.

Ayer domingo día 9 de enero de 2022 y durante toda la madrugada, las personas que sacaban dinero del cajero interno y cubierto del BBVA de la calle Amargura de Manacor, se encontraban con una persona durmiendo en el recinto. Un colchón y varias mantas delataban el cuerpo que descansaba para no hacerlo a la intemperie. Por supuesto esta mañana el sin techo, carretera y manta en cuanto han llegado los primeros trabajadores de la entidad financiera. El propietario de un inmueble en Manacor permite que duerman en un piso de su propiedad una pareja con un niño, durante el día se las arreglan pero por la noche necesitan un techo. Hasta les ha llevado una estufa de butano. No está en condiciones el inmueble, pero mejor es eso que nada.

Una voluntaria de la Cruz Roja me contó que hay verdaderos dramas en la capital del Llevant, esa que se pelea por el Plan General, el ZPR, los no vacunados y los de la pauta completa, las rebajas, los aforos para ir a cenar al restaurante, las devoluciones de regalos fallidos, la compra de vehículos híbridos, eléctricos, gasolina, diésel. El progreso y la calidad de vida lleva aparejado que muchos se quedan fuera de las prestaciones y con nuestros impuestos intentamos paliar las deficiencias. Decían los concejales que poner un comedor social no es adecuado porque se señala la pobreza y es vejatorio y denigrante. Pues yo digo, que si las casas rurales han servido para llevar a personas que vienen en patera, ahora que no llevan a nadie podían acoger a los 13 en lista de espera, al del ático y al del cajero. No creo que nadie se oponga a gastar unos miles de euros con quienes solo piden un techo hasta llegada la primavera y el calor. Rafael Gabaldón San Miguel.