Editorial: Estoy desolado, quién me iba a decir a mi que un tal Pedro Sánchez del PSOE, iba a poner en peligro la Democracia española. El dictador socialista se está cargando el Estado de Derecho, la Separación de Poderes, la Constitución. No solo eso, encima acusa a los poderes denominados fácticos de manejar la política y sus acción de gestión. No se puede ser más descarado y desvergonzado, el dueño del BOE habla de interferencias, una cacique que no consulta con nadie, muy peligroso, es hora que actúe la Ley por interés general. Está asaltando todas las instancias donde debe prevalecer la objetividad y la Ley. Atropella y maneja la Fiscalia, La Justicia en General, la Abogacía del Estado, el Tribunal de Cuentas, el Instituto Nacional de Estadística, las empresas de control de las votaciones y elecciones, la mayoría de medios de comunicación, ha colocado en las empresas estratégicas a montones de socialistas, del PNV, Esquerra Republicana, Bildu, Unidas Podemos, Izquierda Unida, Compromís, personas íntimas de UGT, CCOO.

Un escándalo sin precedentes. Desde Francia se escribe que la posición unilateral del presidente Sánchez sobre el Sáhara, justificación de asesinatos en la valla, enfrentamiento con Argelía, acercamiento a EEUU, aumento gasto militar, errores a miles, se debe a que Marruecos y sus servicios secretos tienen supuestamente material sensible de los negocios de Sánchez y su mujer, a nivel que cuando salga a la luz, todos se quedarán pasmados, boquiabiertos. Cuentan en las embajadas que tienen los pelos de punta. Nadie puede hablar, te cortan la cabeza, Sánchez por un día más con el poder absoluto “mata, defenestra” a quién se ponga por delante. Llevo días analizando lo que ocurre en este país y no me lo puedo creer. Como una persona puede cambiar tanto. Solo faltaría que haya que votar electronicamente y se manipulen los votos como en Latinoamérica, Rusia, India, China o África.

Se ha liado la manta el dictador con Roures, Ana y Ferreras, con ElPaís, las televisiones públicas, los grandes monopolios de la información, y como San Pedro negarán hasta tres veces que tengan nada que ver, que la culpa de todo es de la extrema derecha, de Franco, Los Reyes Católicos, Nerón. Asalta los poderes sagrados que nos garantizan la Democracia. Quiero seguir viviendo en un país muy diferente a Marruecos que asesina a sus ciudadanos con total impunidad, a Rusia que engaña a toda la población todos los días, a Cuba que aplasta al diferente, al crítico, al ciudadano anónimo que quiere ser libre. Por eso Sánchez huele a podredumbre, es un cadáver político que puede contaminar todas las aguas democráticas que bebemos. Con sus errores, imperfecciones, pero antes todo era mejor, desde siempre. Se ha convertido el presidente en algo sucio, miserable, dañino, nocivo. Ya está bien, alguien debe parar esta sangría. Hay argumentos sonados hasta en el Banco Central Español para revelarse.

Sus referencias y apoyos de solidez, unos independentistas que dieron un golpe de estado y siguen desafiando a la justicia día si y día también. Esos que pregonan una república al estilo los Reinos de Taifas, donde se gobierna para la minoría privilegiada y con carnet, solo los nuestros, los demás que sufran o claudiquen. O aquellos vascos burgueses amigos de ETA, seguidores de Sabino Arana, que convirtieron durante muchos años el País Vasco en un caserío privado. Y más grave gobiernos con los propios terroristas, asesinos, malnacidos, criminales, psicópatas, que se puede esperar de aquellos que rompieron miles de familias, quitaron la vida a 900 ciudadanos inocentes, extorsionaron a centenares de miles de honrados ciudadanos. Esos que avergonzados han llevado capucha hasta que Sánchez se la quitó y les puso corbata, vestidos y un buen sueldo. Poder absoluto en miles de poblaciones y la caja pública a su servicio. Esos que comen dos veces opiparamente mientras otros conciudadanos hacen cola en la fila del hambre y del albergue. Que les vamos a decir, hasta las narices de un gran salvaje y mentiroso compulsivo, borracho de poder, alejado de la realidad........ Consejo de Redacción.